Garantizar la calidad en la traducción es algo que se puede conseguir siguiendo las normas establecidas para la gestión de los procesos de traducción. Hoy quiero
hablaros de la gran importancia que tiene la calidad de la traducción sobre
ésta, nuestra sociedad, y en el idioma. Me gustaría que con este artículo podáis
tener consciencia de la gran importancia que tiene "mimar" la
traducción de documentos, como mínimo, con la misma profesionalidad que se le
otorga a la redacción de textos originales. No entiendo por qué el texto tiene
que estar perfectamente redactado en español, y luego puede realizar cualquiera
la traducción a inglés, alemán, francés, italiano... o cualquier otro idioma.
¿Es que la traducción no merece la misma calidad?
La
traducción de textos conlleva, indudablemente, una repercusión directa sobre la
economía: primero por que el bilingüismo se encuentra totalmente implantado en
nuestra vida diaria; por otro lado, se importan y exportan servicios y productos
continuamente. Es fundamental tener en cuenta este hecho en nuestra labor
diaria, debido a que mimar la lengua es provechoso para todos, absolutamente en
todos los casos. Las empresas y organismos deberían divulgar y practicar éste
principio.
El sector de
las traducciones es complicado, y en muchas ocasiones no nos percatamos de la gran responsabilidad que implica traducir un texto. Una persona que domine dos
idiomas es capaz de traducir un texto con mayor o menor acierto de un idioma a
otro, entonces ¿realmente es tan sencillo realizar traducciones de calidad? ¿Solo
por conocer dos idiomas es suficiente para realizar una buena traducción?
Existen
muchas personas que se dedican a la traducción, entonces, una buena traducción
¿qué es? ¿Se puede mesurar o cuantificar? Podría entenderse que es un tema de
subjetividad, pero existen diversos criterios que se pueden mesurar y que ayudan
a certificar si una traducción es correcta o no. Este es un hecho que las empresas de traducción conocen muy
bien.
Un texto se
crea para un tipo de público y con un claro objetivo, es necesario conservar la
finalidad y el alma del documento original, para que de este modo, la
traducción tenga el mismo efecto. Una regla de oro para los traductores es que:
una traducción ha de reflejar el mismo contenido que el texto original pero en
el idioma meta, y obviamente, no puede agregar conceptos ni datos, ni tampoco eliminarlas.
La idiosincrasia del texto original, los giros lingüísticos, expresiones y
terminología deben transportarse de forma adecuada.
naturalmente,
se han de respetar celosamente las normas sintácticas, ortotipográficas y ortográficas,
y de puntuación del idioma de destino. En el punto de las aclaraciones, es
necesario que cada servicio de
traducción aplique unas decisiones nítidas y proceda posteriormente de una
forma coherente. La organización y disposición del documento son dos de los
factores más influyentes para el fracaso o el éxito.
Otro de los
factores que deben cumplirse es el concerniente a las fechas, los números y los
nombres propios. ¿No hemos obviado ningún número del original en la traducción?
¿las fechas se han traducido correctamente? ¿Aparecen los nombres propios en el
texto final?
No debemos
dejar caer en el olvido los asuntos relacionados con las imágenes, ni con el
formato, esquemas y gráficos que a asiduamente suelen tener los documentos de
origen. Es más, en algunas ocasiones, debemos encargarnos de la maquetación.
Por tanto, es conveniente que quien realice la maquetación colabore junto a los
traductores profesionales, y que el traductor y el cliente pacten con
anterioridad los temas que repercuten directamente a la estructura gráfica del
texto.
Las normas de calidad en las empresas de traducción
Continuando con las razones objetivas, existen algunas que son relativas al proceso de gestión de la traducción. En el año 2006, El Comité Europeo de Normalización anunció una normativa concreta (UNE 15038) concerniente a los proyectos de traducción, con la finalidad de que los servicios de traducción tuvieran un modo argumentado para la gestión de sus proyectos.
Si se da el caso
de que el cliente se ocupe de realizar o gestionar la maquetación, es más que
recomendable que el traductor revise de nuevo el texto una vez maquetado. De
este modo se pueden detectar posibles errores que haya podido cometer el
maquetador.
Según indica
la norma UNE-15038, los traductores deben traducir solo a su lengua materna, ya que es muy complejo controlar una
lengua que hemos asimilado siendo ya adultos del mismo modo que dominamos el
idioma materno. Por otro lado, no es necesario indicar que es imprescindible
ser conocedor de la temática del texto que se ha de traducir.
Otro de los
asuntos que indica la norma es la imagen del corrector. El texto traducido es imperioso
que lo revise otra persona que disponga de amplia experiencia en el campo de la
traducción. Así mismo, si se trata de textos técnicos, es menester que lo
revise un corrector que conozca sobradamente los aspectos técnicos del texto. Es
por esto, que es de gran apoyo tener terminólogos en el equipo de trabajo.
Cuando se
trata de traducir informes, textos de
empresas o trípticos, es vital seguir una comunicación cercana y muy fluida con
el cliente. Mientras más entendamos a nuestro cliente, más posibilidades
tendremos de realizar un traducción de alta calidad, puesto que sabremos mejor
que quiere comunicar nuestro cliente exactamente.
Nos
encontramos, indudablemente, en la época las tecnologías de la comunicación y
la información. Es innegable que los sistemas informáticos brindan una gran
ayuda en todo el proceso de traducción; prácticamente todos los traductores
utilizan herramientas TAO (Traducción Asistida por Ordenador) hoy en día. Las MT
(memorias de traducción) son una herramienta de las más utilizadas, pero no podemos
dejar de lado aquellas aplicaciones informáticas que nos ayudan a comprobar los
criterios de calidad y los glosarios, ya que son fundamentales para asegurar la
coherencia en el texto. En los últimos años, también están en auge los
programas para la gestión de proyectos de traducción, que facilitan enormemente
la comunicación con el cliente, agencia de traducción y traductores.
En resumen,
es vital garantizar que a la traducción de los documentos se les trate con la
misma profesionalidad que la elaboración de textos originales. Si el texto
original se ha redactado siguiendo unas normas
de calidad, debemos hacer exactamente lo mismo con la traducción. Y para
conseguir esto es necesario cumplir las normas de calidad establecidas para el
proceso de traducción.